Reseña #51: Donde quiera que estés

1940. Los alemanes se habían apoderado del mundo, judíos escapaban de las barbaries de ese hombre que se hacía llamar Adolf Hitler. Pero, ¿acaso eso importaba? ¿Era aquello una necesidad para dos jóvenes enamorados? Puede que aunque en la radio se comunicaran miles de muertes por día, sus sentimientos por el otro eran de mayor importancia para ellos, al menos hasta que a él lo destinan a una torre de control aéreo de un aeropuerto de guerra.

Autora: Ane Domínguez Santos
Editorial: Ediciones Atlantis
Edición: Tapa blanda
Nº de páginas: 213
ISBN: 978-84-947498-0-3

                             

                                                       Opinión personal

¡Cuidado! Puede contener algún spoiler (estará señalado en caso existente de este color)

¡Hola Viajantes! Empezamos una nueva semana y nada mejor que con una reseña para darle fuerzas al lunes. Este libro lo conocí gracias a su autora y tenía en mente que sería de un determinado modo, fue una sorpresa al empezar a leerlo, era más de lo que imaginaba. No quiero entretenerme mucho más y empiezo a contaros.

Nuestros protagonistas, Reyina y Darren, con solo dos años de diferencias y cientos de historias, trastadas y aventuras que nos sacaran más de una sonrisa. Cuando nos adentramos en la historia vemos que dejaron de ser simples niños para ir adentrándose en la madurez donde los secretos deberán ir saliendo a la luz, se deberán aceptar sentimientos que parecían imposibles y pueden resultar inverosímiles.

También conocemos al travieso Sawyer, es como un soplo de aire fresco, una chipa capaz de encender una fogata, con su ingenio y locuras puede hacerte reír, olvidándote así de cualquier problema. Capítulos después nos encontraremos con un curioso francés, al principio admito que me caía un tanto bien aunque la sensación de que hay gato encerrado no se me iba, era como tener un nudo en el estómago, odio cuando acabo teniendo razón, ¿cómo se puede ser tan traidor? ¿Y ese comportamiento de machito que se cree superior? Me produjo ansia viva.

Tenemos la visión de Reyina durante toda la historia, nos introduciremos en sus sueños, en sus sentimientos, tendremos su rutina y su sufrimiento. La vamos viendo como madura, la forma de intentar mantenerse fuerte, distraída, mantener la esperanza, luchar contra las suposiciones, mantener apartado el tormento…

Estamos en mitad de la guerra, sin saber nada del padre de Reyina que lleva meses sin mandar ninguna carta, podría estar muerto, desaparecido o en bando enemigo lo podría haber capturado. Tantas sospechas y el corazón en un puño. Pero también deberá cargar con la incertidumbre de no saber que les pasara a aquellos que lleva en el corazón. Y justo cuando parecían que las cosas estaban calmadas llega un golpe demasiado fuerte, la vida se escapó demasiado rápido entre la risa, no pude hacer otra cosa que acompañarles en la pena y llanto.

Fue una de las escenas más emotivas, pronto descubriría que no se quedaría ahí, sin más, que Ane tenía preparada otra bala en la recamara que no nos dejaría ir sin más. Era imposible lo que estaba leyendo, me negaba en rotunda, ese no podía ser el final, obviamente no lo era pues otro giro de 180 grados nos estaba esperando unos capítulos más adelante. Debo admitir que en esos momentos quise más a Reyina y odie todo lo que le ocurría, también a sus seres más cercanos que la llevaban por lugares aún más lúgubres, no entiendo la forma de comportarse de sus padres y aún menos de ese supuesto amigo, ¿acabo de oír la palabra traición?

Solo me queda concluir que fue una lectura amena, la forma de escribir de Ane es muy sutil, cargada de detalles y parándose lo necesario en las descripciones y sentimientos. No me esperaba la historia así, ya os lo comentaba al principio, ha sido una grata lectura con más sorpresas de las que esperaba. Te llegara justo al corazón, se instalara ahí para no moverse pues te habrás encariñado tanto de los personajes que no querrás olvidarles.

Para mi este libro tiene un…4/5⭐

Ya se me olvidaba...Mis frases/fragmentos favoritos son...

• No te lo crees ni tú, bonito...Ni ahora ni después vas a poder mandar sobre mis decisiones o sobre mi vida. Soy una persona, merezco tener mi libertad, no pienso estar sometida al mandato de un hombre toda mi vida.
• -Las personas cambiar +No es verdad...Las personas no cambian, las situaciones nos hacen modificarnos. Pero seguimos siendo iguales por dentro, ocultos por maquillaje y disfraces. De hecho, nadie es como cree ser. Nietzsche hablaba sobre la moral del señor y la moral del esclavo, y tenia razón. Desgraciadamente en esta vida, la moral que predomina es la del esclavo.