Reseña #35: El chico que dibujaba constelaciones

El chico que dibujaba constelaciones

Esta es una historia de amor, de sueños y de vida.

La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.

Autora: Alice Kellen

Edición: Auto-editado

Formato: Tapa blanda

Nº de páginas: 245

Reseña

Opinión personal

¡Cuidado! Puede contener algún spoiler (estará señalado en caso existente de este color)

¿Cómo os cuento una de las historias más bonitas que he podido leer? ¿Cómo os transmito lo que he sentido con este libro? Sabía que me iba a emocionar, que puede que tuviera alguna que otra lagrima pero no pensé que fuera a destrozarme tanto el final. Es cierto que te vienes venir ese final pero cuando te metes en la historia lo apartas a un lado y fantaseas con que sea otra cosa.

Me faltaban apenas unas hojas para acabarlo y era como esa sensación de que algo malo va a ocurrir, pasas la página y está ahí, justo ahí esperándote para darte un gran golpe. Intente aguantar la compostura, intente que no saliera todo un torrente de lágrimas pero no pude, ya no era solo lo que estaba ocurriendo, eran todos los recuerdos que me estaban nublando por dentro. Respire hondo y como pude acabe el libro. Cerrarlo fue difícil pues me quede un rato entre descargar toda la lluvia que nacía de dentro y pensar que ya sabía el final, da igual que sepas como algo va a terminar, te arrollara igualmente.

Valentina. La chica que soñaba en hacer algo más que ser una simple ama de casa, que tenía sueños y aspiraciones, que quería ser mucho más. Valentina, nuestra protagonista. Su personalidad es embriagadora, noble, buena, luchadora, emprendedora…No sé cómo definiros a Valentina, vi en ella ciertos rasgos de mi madre y eso me hizo sentirla más cercana, como si la conociera de siempre.

Gabriel. Mi chico de las constelaciones, aquel del cigarrillo que te enseña a soñar despierta, que te empuja hacia delante, hacia aquello que deseas. Aquel de la sonrisa, los libros y la música. Aquel chico que te destrozaría sin quererlo y que te quería aunque a veces eso le destrozara. Pero no puedo hablaros de Gabriel y no hablar de su padre, Aurelio. Me recuerda a mi abuelo, me despierta ternura y un abrazo cálido cuando más frio te sientes; Alice, creo que jamás te perdonare por ello, quien lo ha leído sabe bien de lo que hablo.

Os hablare un poco de pasada de la familia de Valentina, salvo su madre, los demás no los puedo ni tolerar, sé que la mentalidad de aquel entonces no es la de ahora, lo sé, pero escapa a mi comprensión ese comportamiento.

Valentina y Gabriel no lo tuvieron siempre todo de su lado, hubo etapas buenas, hubo etapas malas pero hubo algo que no cambio, algo que se mantuvo siempre presente y es lo que tan especial les hace.

Toda una vida retratada en una pared, con sus momentos buenos, con los agridulces y con aquellos tremendamente atroces. Creo que es una buena forma de dejar un pedacito de ti, de tenerlo presente y no olvidar lo que te ha traído hasta hoy, al aquí y ahora. No he querido contaros mucho pues es un libro que recomiendo encarecidamente y para seros sinceros, aun me pongo un tanto triste al pensar en él. Si un libro no te ha removido por dentro dicen que no es un buen libro, joder, entonces este es un libro excelente, ha puesto patas arriba todos mis sentimientos.

Para mi este libro tiene un…5/5⭐

Frases que me han gustado:

• ...cuando encajamos por primera vez sencillamente entendí que eramos dos estrellas perdidas en un firmamento inmenso que se habían encontrado por casualidad.
• Porque hay amores que no se pueden comprar, de esos en los que no importa la sangre ni lo que las normas sociales te dicten.
• …pero a veces algunos corazones están tan dañados que ya no saben cómo latir a otro ritmo que el que un día les impusieron.
• …porque estoy rota y ahora entiendo que los pedazos que faltan te los has llevado contigo y ya nada volverá a ser igual.