¿Cuántas veces has deseado poder volver a un momento
concreto? ¿Cuántas veces has cerrado fuerte los ojos mientras una lágrima caía
queriendo así borrar lo que pasaba? Pedirle deseos al viento esperando un
milagro, un milagro que nunca llego. Decir que estas bien y así tal vez
consigas tu creértelo. Pasar por los mismos lugares, recorrer las mismas calles
pero esta vez con la soledad y tristeza como únicas compañeras.
El paso del tiempo no lo hace mas fácil, no te alivia esa
presión en el pecho que a veces, a placer, se te hace nudo y no te deja
respirar. Ese olor, ese sueño que te trae de nuevo con esa punzada de desazón.
¿Cómo se consigue perdonarse a uno mismo? ¿Cómo te dices que
no fue tu culpa, que no estaba en tu mano ni era tu destino? ¿Cómo le dices a
la culpa que no tiene razón de existir en ti? ¿Cómo te despides si no esta?
¿Cuándo se vuelve más fácil? ¿Cuándo deja de doler? ¿Cuándo la herida empieza a
cerrarse? ¿Cuándo tendré respuestas para todas mis preguntas?
Puede que solo tenga una cosa clara y tal vez ni eso sea así
de cierto. Pues vivir se convirtió en todo un nuevo reto. Sobrevivir paso a ser
todo aquello que te sigue. Revivir todos aquellos sueños que compartíamos,
todas aquellas ilusiones, esperanzas que hoy parecen algo en vano.
Hoy, más cerca del aniversario, cada día un poco más cerca y
un día más lejos de tu memoria, todo se hace mas complicado, todo se vuelve más
difícil, de ser y sentir. Hoy te pido que vuelvas, te lo pido entre susurros
pues mis gritos se los llevo el viento, te lo pido entre lágrimas pues fuerzas
no me quedan. Te pido imposibles pues mal me enseñaste a creer en ellos.
Me enseñaste a creer en los cuentos, a creer en todo lo
inimaginable, me diste el poder de ver el mundo de esa forma tan tuya que paso
a ser tan mía, tan nuestra. Pero hay algo que no me dijiste, no me explicaste
como debía seguir adelante cuando tu no estuvieras, no me dijiste que tenia que
hacer después de ti, sin pistas, sin segundas oportunidades, no me dijiste lo
difícil que seria levantarse cada mañana. No me dijiste nada.
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